¡Ay, el verano! Cómo nos gusta esta época del año en la que tenemos vacaciones, disfrutamos de la playa, el campo o la piscina, salimos de terracitas, echamos largas siestas debajo del ventilador y… ¡ay, sí, nos relajamos demasiado en todos los aspectos!
El verano, junto con las navidades, es el momento más complicado para cuidar la línea. El relax, el tiempo libre, los planes fuera de casa,… hacen que perdamos los hábitos saludables que hemos ido cultivando a lo largo del año.
Así que en este post queremos compartirte unos trucos para evitar que subas de peso en estos meses estivales, para que no aumente tu porcentaje de grasa y eches a perder tu buena condición física. Verás que son consejos sencillos y fáciles de aplicar a tu alimentación con el objetivo de mantener el peso ideal a lo largo de todo el año.
Procura mantener una dieta sana
Relejarse no debe ser sinónimo de «echarse a perder y comer sin medida». No hace falta que te pongas a contar calorías, pero el autocontrol para evitar excesos es fundamental a la hora de alimentarse. Ni te obsesiones con la báscula ni pierdas el norte en tus vacaciones.
Respeta los horarios
En verano solemos despojarnos de la esclavitud del reloj, pero es vital para no coger kilos de más, intentar cumplir con los horarios de las comidas y no picar entre horas. También es bueno mantener ciertas rutinas de alimentación, por ejemplo, comer y cenar temprano se asocia a un menor riesgo de obesidad.
Manten a raya los aperitivos
Las patatas y los frutos secos fritos están muy ricos y son el complemento ideal de esa cervecita del aperitivo. Pero cuidado con pasarte porque son uno de los peores enemigos de una alimentación saludable. Hay opciones de tomar un tentempié sin poner en riesgo los buenos hábitos, como ensaladas de frutas o verduras frescas troceadas como zanahorias o apio.
Adapta los caprichos a tu dieta sana
¡Qué sería del verano sin los helados! Esta irresistible y fresca tentación puede ser adaptada a una dieta sana, por ejemplo, preparando versiones caseras de los polos tradicionales y rebajando así sus niveles de azúcar.
Consume más agua y menos alcohol
El alcohol deshidrata, crea adicción y suma gran cantidad de calorías vacías a la dieta. Además, tiene un impacto muy negativo sobre el funcionamiento del organismo, sobre todo a nivel hepático. En cambio, el agua nos mantiene hidratados y sanos.
Evita las frituras
Cuando freímos un alimento, sus grasas y calorías se multiplican, por lo que es más recomendable elegir la opción menos procesada, como tomar los alimentos cocidos o asados en su jugo. Es mejor limitar las frituras y solo tomarla en momentos puntuales, por ejemplo, cuando nos damos un capricho en un almuerzo fuera de casa.
Desayuna bien
Ya sabemos que el desayuno es la comida más importante del día. Procura mantener su horario, aunque te levantes un poco más tarde, para no afrontar la mañana con el estómago vacío y acabar picando entre horas lo que no debes. Intenta tomar alimentos saludables hasta la hora de comer, incluyendo proteínas, hidratos de carbono y grasas sin procesar.
Sigue haciendo ejercicio
Descanso y ejercicio físico no son dos actividades excluyentes, sino que se complementan y fortalecen cuando van unidas. Aunque no vayas a tu club deportivo a entrenar porque estás en tu lugar de vacaciones, puedes seguir estando activo y realizar algún deporte al aire libre. Así cambias tu rutina de actividad física y, además de mantenerte en forma, promueves la liberación del estrés acumulado.
Si quieres mantener la línea durante el verano con una dieta personalizada a tu medida, puedes pedir cita con nuestra especialista en nutrición y dietética para que realice un estudio de tu caso.
Y si quieres más información sobre el club deportivo, escríbenos o llámanos al 955 72 59 61.