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La alimentación idónea para sobrevivir al calor

El aumento de la temperatura exterior en los meses de julio y agosto, sobre todo en el sur de España, puede provocar un incremento peligroso de nuestra temperatura corporal. Lo normal es estar cerca de los 37ºC, aunque en las mujeres varía en función de los días del ciclo menstrual por efecto de los cambios en los niveles de progesterona y estrógenos.

¿Qué ocurre cuando hace mucho calor? Que los receptores de la piel mandan señales al hipotálamo para que ponga en funcionamiento las glándulas sudoríparas, y así regular la temperatura corporal. Estas glándulas responden aumentando la excreción de sudor que produce un efecto refrescante, aunque la evaporación del agua del sudor consume mucha energía.

¿Hay alguna dieta ideal para combatir los efectos adversos del calor? En este post te damos varias recomendaciones alimentarias para refrescarte.

Agua, agua y más agua

La pérdida de agua para disminuir la temperatura corporal debe ser compensada aumentando la ingesta del líquido. El objetivo es evitar la deshidratación que en casos extremos, puede provocar la muerte.

Antes de llegar a este punto, podemos sufrir un agotamiento por calor, que provoca debilidad, mareo, náuseas y desmayos. El golpe de calor o insolación es mucho más grave y puede causar la muerte porque la temperatura aumenta a más de 40ºC. Las consecuencias son taquicardia, cefaleas, piel caliente y seca o incluso confusión, convulsiones y pérdida de conciencia.

Así que para evitar llegar a esta situación nuestro organismo necesita agua, agua y más agua.

Alimentos ricos en agua

En verano es conveniente incluir en nuestra dieta diaria alimentos que nos proporcionen hidratación como las verduras, hortalizas y frutas, que además de tener mucho contenido en agua, disminuyen el riesgo de padecer sobrepeso.

La leche y las infusiones son también recomendables, siempre que no lleven azúcar. En cambio, zumos, néctares, bebidas azucaradas o smoothies no son buena idea porque aumentan el riesgo de obesidad.

¿Bebidas frías o calientes?

Está claro que tomar un vaso de agua bien fría resulta a priori más refrescante para mitigar el calor. Pero investigaciones centradas en el deporte, sugieren también que las bebidas calientes pueden ser una buena opción.

Tomar alimentos fríos supone una pérdida de calor interno al tener que atemperarlos hasta alcanzar la temperatura corporal. En consecuencia, disminuye la sudoración porque ya no es necesario perder tanto calor. Por el contrario, la ingesta de alimentos calientes aumenta la sudoración. Y la evaporación de este sudor es la que provoca la pérdida de calor corporal. 

Así que si lo que queremos es no sudar, la solución es tomar alimentos fríos para así perder calor de forma interna. Pero si no nos importa sudar a chorros y estamos en condiciones de que el sudor se evapore, los alimentos calientes son la opción más idónea.

Si quieres mantener una alimentación saludable durante el verano con una dieta personalizada a tu medida, puedes pedir cita con nuestra especialista en nutrición y dietética para que realice un estudio de tu caso.

Y si quieres más información sobre el club deportivo, escríbenos o llámanos al 955 72 59 61.

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