Son millones los «yoguis» que aseguran estar enganchados a esta disciplina milenaria que nació hace más de 4.000 años en la India. Su popularidad en Occidente ha alcanzado niveles estratosféricos.
Hay versiones para todos los gustos, desde las más modernas como el Bikram Yoga (que se realiza en una sala a 42º de temperatura y es ideal para eliminar toxinas), hasta las más clásicas como el Hatha Yoga (que practicamos en ATAI).
El yoga es una práctica que conecta el cuerpo, la respiración y la mente. Utiliza posturas físicas, ejercicios de respiración y meditación para mejorar la salud general.
Las personas que lo practican con asiduidad aseguran que les ha cambiado la vida. ¿Por qué? La progresión de los movimientos la marca cada alumno guiado por el maestro que conoce las posibilidades de cada uno y porque es una disciplina para todas las edades, de 0 a 100 años.
En este post te damos más razones para que te enganches a esta actividad física y te conviertas en un «yogui» experto.
Reduce la ansiedad y el estrés
Gracias a la respiración y a las posturas (o asanas), el cuerpo entra en un estado de calma y relajación que permite disminuir la tensión y el estrés diario. Además, el yoga te ayuda a trabajar mejor. Si estás en un entorno laboral competitivo y complicado, el yoga puede ayudarte a mejorar tu rendimiento laboral, actuando sobre indicadores como la satisfacción, la implicación emocional y las relaciones sociales con los compañeros.
Fortalece los huesos y los músculos
Y además sin agujetas. Si se realiza de manera progresiva, el yoga evita que el ácido láctico se acumule en el cuerpo. Además, evita la pérdida de masa ósea y potencia la flexibilidad de las articulaciones, luego es un gran antídoto natural contra la osteoporosis.
Mejora la atención y el rendimiento académico
La concentración en la respiración y la meditación que conlleva la práctica del yoga hace que el estado mental sea de mayor calma y más sereno. Es una práctica muy recomendable para niños y estudiantes porque mejora el rendimiento escolar al aliviar los nervios e incrementar la concentración en el estudio. Se estudia menos y se aprende más rápido. Mejor una hora de yoga que una noche sin dormir y tomando café antes de un examen.
Aumenta la flexibilidad
Aunque las posturas parezcan al principio complicadas y más propias de un contorsionista de circo, con la práctica continuada de esta disciplina se va alcanzando un mayor grado de flexibilidad en los músculos y las articulaciones. Esta mayor movilidad articular contribuye a que puedas practicar otros deportes sin lesionarte y a conseguir mejores resultados.
Alivia dolores crónicos y posturales
El yoga puede ser con el tiempo muy efectivo para paliar dolores crónicos y posturales como, por ejemplo, de cuello, artritis reumatoide, ciática, lumbalgias, dolor de rodillas, fibromialgia… Siempre con la guía de un maestro experto que conozca las asanas que puede practicar cada alumno en función de sus patologías.
Enseña a respirar conscientemente
La respiración yóguica, también conocida como abdominal o diafragmática (la inspiración se inicia en el abdomen para continuar en la zona intercostal y terminar en la clavícula, y en la espiración sigue el recorrido a la inversa), incrementa la oxigenación de las células. Respirar de forma profunda y pausada ralentiza la frecuencia cardiaca. Es una técnica perfecta para la preparación al parto.
Ayuda a dormir mejor
Y además, mejora la calidad del sueño. Hay estudios que demuestran que las personas que practican yoga tardan 10 minutos menos de media en quedarse dormidas. También, aumenta el número de horas de sueño (en una hora más por noche) y la sensación de estar más descansado por la mañana.
Reduce los niveles de cortisol y colesterol
El estrés provoca desarreglos hormonales en nuestro organismo como el incremento del cortisol en sangre. Con la práctica continuada del yoga, la relajación equilibra el sistema nervioso y bajan estos niveles. Además, el yoga ayuda a reducir la presión arterial y la acumulación de grasa en las arterias, luego ayuda a prevenir infartos cerebrales o cardiovasculares.
Es una estupenda terapia antiedad
Se ha demostrado que la práctica habitual del yoga ayuda a revertir el proceso de envejecimiento natural, ya que incide directamente sobre la telomerasa, una enzima clave para proteger los telómeros, los extremos de los cromosomas que se acortan en cada división celular.
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